viernes, 19 de abril de 2013

Metasaurio


Cuando Gregorio Samsa despertó las naranjas aún estaban ahí. Intactas en color y forma. Amarillas, pálidas sin miedo.

Dos, eran dos. Una tenía lunares. La otra era lisa, asfáltica. Empecé por ella. La corté por la mitad sin remordimientos. Sangró poco. Exprimí. Exprimí más. Intenté sacar todo el líquido y no cayó ninguna semilla. Agarré la otra mitad. Lo mismo pero igual. Agarré a la moteada, intuí el corte a la proximidad de una de sus manchas y la rasgué. Fallé su proporción. La exprimí ya sin esperanzas. La otra mitad. 

 Entonces llega alguien y me dice: Recuerdo cuando era alguien y la idea de la muerte me hacía asumir la existencia y sus implicancias desde otra perspectiva.

jueves, 4 de abril de 2013

Diario íntimo de los últimos escritores


Alguien está llorando, en una esquina lluviosa, húmeda de sudor y sangre. La mujer llora, ha parido un hijo rojosangre, lloroso de lluvia, mojado en sangre. Pero ha muerto. Tuvo que hacerlo, no le quedó de otra más que suicidarse, le supo mejor la placenta.
 La mujer llora, claro que sí. Un perro se le arrima y se relame. Hola guagüish. Tuki tuki na que lindo, lloró la mujer. Mba'e jajapota, pensó el jagua. Lluvia.

Por qué darle un nombre a algo que me nombra

Empiezo, dudo. Escribo, pienso, trato de no pensar en pensar. El pensamiento domina, replantea el texto. Prisión.