jueves, 16 de abril de 2020

El inicio

Podría decirse que esto empezó antes de que sus voces se conocieran, antes, mucho antes, cuando apenas su interactuar se daba a través de sutiles gestos que delataban cierto interés recíproco y bastaba una mirada para confirmar el presagio de un encuentro inevitable.
Pasó el tiempo, tal vez un año o dos semanas. Qué vertiginosos caminos deambularon ciegamente hasta aquella noche.
Ambos, fervientes practicantes de la vocación del encanto, tramaron la obra.

Distanciamiento de las sombras

Y tanto el uno como el otro fueron sombra de un mismo reflejo, buscándose a sí mismos, repitiéndose recíprocamente sin saber ya quién había comenzado.
Era una danza y la música comenzaba a hacerse lenta, aunque estrepitosa, marcada con quiebres abruptos, radicales, violentos. La melodía ya casi ni se oía y sin embargo las sombras seguían danzando, más distantes, apenas ya también ellas fluctuando en inercia infinita, Insinuando aproximarse de pronto, más lejos después, ya perdiéndose, ya volviéndose a encontrar.