lunes, 26 de diciembre de 2011

Despedida


Este mensaje no es cifrado

no hay misterio detrás de la máscara

quizá haya un rostro o un espejo que multiplica falsedades

pero no encontrarás la mirada que justifique tu llanto.

Ya estamos más allá de las distancias

ya nuestras fronteras trascendieron esta guerra sin tregua de banderas blancas.

Este es el adiós sin despedidas

este es el olvido de los muertos sin historia.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Bastará con decir que Ernesto Sabato no ha muerto


Ni el rigor de los años, ni la fragilidad de la memoria podrían arrebatar lo que el pesar de un hombre dejó escrito en pasajes de novelas y ensayos. Para que un hombre muera solo hace falta que se lo olvide.

Ernesto Sabato se preparó a morir en 1998, luego del fallecimiento de su esposa Matilde y después de haber recibido unas prevenciones de los doctores. No tuvo mejor forma de hacerlo que escribiendo un libro al cual tituló "Antes del fin", libro que, me permito decir, es uno de los pocos que consiguieron entusiasmarme verdaderamente, de esos que se leen más de una vez en el mismo día.

Pero cómo no iba a emocionarme aquella especie de testamento en donde el posible difunto se dispone a dejar su herencia, que no consistía en objetos materiales sino en profundos recuerdos que resultaron ser trascendentales en su vida. Es imposible no recordar cómo sufría todavía la muerte de su hijo; o la vez en que el pintor surrealista Óscar Dominguez lo invitó a que se suicidaran juntos una noche. Sabato rechaza la invitación a pesar de reconocer haber sido tentado por la propuesta. El pintor, sin embargo, decide postergar su suicidio (lo concreta al año siguiente). Este era el contexto en el cual se desarrollaba su vida en París. Este tipo de riesgo se corría al involucrarse con los surrealistas, cuya corriente estaba en pleno apogeo.

Esa era la vida de Ernesto Sabato por las noches, porque de día era un respetado científico del Laboratorio Curie en París. "En el Laboratorio Curie, en una de las más altas metas a las que podía aspirar un físico, me encontré vacío de sentido. Golpeado por el descreimiento, seguí avanzando por una fuerte inercia que mi alma rechazaba", reconoce en un pasaje.

Era un hombre que se debatía entre dos vertientes: la racional y la emocional. La ciencia representa lo metódico, lo riguroso, lo exacto y preciso, cualidades que deslumbraron al Sabato adolescente, le entusiasmaba ese mundo donde logaritmos y sinusoides conseguían establecer un orden absoluto, inequívoco y perfecto. Sin embargo este mundo le parecía frívolo y cruel, por su escaso o nulo compromiso con el hombre y su tiempo. Entonces decidió dedicarse de lleno a la escritura.

Renunció no solo al Laboratorio Curie, sino también a un futuro promisorio y estable, para embarcarse al por entonces incierto territorio de la literatura. Esta decisión resultó ser valiente para algunos y absurda para sus colegas científicos, más todavía porque ya tenía esposa y un hijo que mantener.

El túnel

“Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne”, así comienza su intensa novela psicológica que tituló “El túnel”, en donde Sabato nos hace viajar por el vertiginoso mundo paranoico y obsesivo de Juan Pablo Castel, quien narra con meditada turbación los acontecimientos que lo indujeron a asesinar a la mujer que amaba.

Castel no es más que el espejo en donde nos miramos y nos reconocemos algunos, tanto así como María Iribarne, o Hunter, o el marido ciego. Pero detrás de todos ellos está uno solo: Ernesto Sabato, hombre perseguido y atormentado por un fantasma: “Uno se embarca hacia tierras lejanas, indaga la naturaleza, ansía el conocimiento de los hombres, inventa seres de ficción, busca a Dios. Después se comprende que el fantasma que se perseguía era Uno-Mismo”, dice en el prólogo de Hombres y Engranajes.


En este período también escribió obras como “Uno y el Universo”, un pequeño libro en donde encontramos ensayos, aforismos, reflexiones expuestas a manera de microficción, otras con más criterio dogmático, sin dejar de poseer altos porcentajes de ironía y entusiasmo.

El porqué del título, además de hacer alusión al comienzo de El Túnel, también tiene algo que ver con una conversación en donde con una amiga reflexionábamos sobre la muerte del escritor. Ella respondió a algo que dije con esta frase: “Sabato no está muerto. Hace rato que Sabato se volvió inmortal”.

viernes, 11 de febrero de 2011

efra


“Escribo porque para todo lo demás existe mastercard” o “Me gusta escribir, lo que no me gusta es ser escritor”
“Cuando escribo anulo el mundo, entro en trance, sufro y me divierto; es algo conmigo y para mí. No hay editor, no hay libro, no hay lectores, no hay patria ni mujeres... soy sólo yo dándole forma al vacío.”
Nunca dejó de sorprenderme que alguien que se haya dedicado al boxeo fuera luego reconocido y admirado como escritor. Este es el caso del colombiano Efraím Medina Reyes, autor de títulos como: “Erase una vez el amor pero tuve que matarlo”, “La sexualidad de la Pantera Rosa” o “Técnicas de masturbación entre Batman y Robin” y otros títulos no menos extravagantes.
Esta especie de reticencia a la que nos induce el autor con estos títulos sugerentes se diluye recién después de leer su obra, ya que consigue engañarnos haciéndonos creer que encontraremos frases toscas o desagradables. Pero no; en su prosa, a pesar de encontrar palabras que podrían sonar molestas a oídos sensibles, se puede apreciar los quebrantos de un romántico algo existencialista.
Sin embargo no deja de llamar la atención ese carácter irreverente hacia la literatura, posando sin ropa en las portadas de sus libros; “Me exhibo porque escribir es exhibirse, por llamar la atención, por transgredir, por orgullo de raza, por fastidiar a los que creen que la literatura es algo serio”. También algunos lo consideran altanero por sus opiniones acerca de personalidades consideradas relevantes dentro del mundo artístico. Entre ellos está su compatriota y colega Gabriel García Márquez y la cantante Shakira, de quienes no repara en hacer críticas oprobiosas.

Después de 14 combates sin conocer la victoria, se retiró del boxeo aficionado. En 1984 abandonó sus estudios de Medicina para dedicarse al fútbol de playa. Actualmente reside en España donde desarrolla sus proyectos musicales con su grupo 7 Torpes Band en donde le pone letra y música a sus canciones “sin saber un pito de música”. También fundó la multinacional: Fracaso Ltda. con el famoso eslogan: “Donde se necesite un fracaso, allí estaremos”.

sábado, 29 de enero de 2011

Los filósofos

Pienso, luego existo, dijo un hombre, y de inmediato su madre le dio un golpe en la cabeza diciendo le doy un golpe en la cabeza a mi hijo, luego existo.
No, no, lo entiendes todo mal, gritó el hombre.
Entonces ella le dio otro golpe en la cabeza y gritó luego existo.
No es así, no es así; se supone que tienes que pensar, no dar golpes en la cabeza, gritó el hombre.

…Pienso, luego existo, dijo el hombre.
Doy golpes en la cabeza, luego ambos existimos, el que los recibe y el que los da, dijo la madre del hombre.
Sin embargo, llegados a este punto el hombre había dejado de existir; inconsciente, ya no podía pensar. Pero su madre sí podía. Entonces pensó, luego existo, y luego soy mi hijo inconsciente, aunque él no lo sepa.


Russell Edson (Connecticut, 1935)

miércoles, 26 de enero de 2011

Edgar A. Poet


Hijo de actores de teatro. Huérfano a temprana edad. Criado luego por una tía y sometido al rigor inflexible de un padrastro. Edgar Allan Poe (1809 – 1849), el escritor considerado padre del género detectivesco y maestro del relato breve.

Nació un 19 de enero en Boston, fue adoptado por Frances y Jhon Allan. Tuvo una vida marcada desventuras vinculadas generalmente al opio y a su rápida asimilación hacia el más ligero consumo de alcohol, y esto formaba parte de su lucha cotidiana. Pero su lucha no era contra estas costumbres, sino contra sí mismo, contra sus demonios personales. Solía decir: “Mis enemigos atribuyen la locura a la bebida y no la bebida a la locura”.

Poe quería ser un poeta, y consiguió serlo a pesar del desacuerdo de su padrastro con quien siempre discutía acerca del incierto futuro que le proponía la vida literaria. Sin embargo la necesidad lo hizo ser reconocido por sus textos narrativos, ya que los cuentos eran más comerciables que la poesía. Pero estos cuentos, ambientados en lugares lúgubres y góticos, no eran nada parecidos a lo que la gente se había acostumbrado. Poe vino a quebrantar la solemnidad de la literatura romántica con una literatura extraña, sobre todo en argumentos, con personajes extravagantes y vinculados siempre, de alguna u otra forma, a la muerte.

Fue así que la crítica se levantó en su contra, más por estar en desacuerdo con su estilo de vida que con su literatura, o porque ambas guardaban un estrecho vínculo entre sí, ya que en muchas de estas historias se puede reconocer a Poe como el personaje principal. En su cuento Berenice o en Tres Domingos por semana por ejemplo, donde los personajes se enamoran de su prima. Sabemos que Poe se casa con su prima hermana Virginia Clemm de 13 años, cuando él tenía 27.

Su legado interminable

La obra de Poe, así como su vida misma ha conseguido conmover y apasionar a miles de personas. Tanto así que a partir de su obra se han formado géneros literarios como el Policial o Detectivesco, y el de Terror. Quizá debamos este descubrimiento a otro gran poeta, como lo fue Charles Baudeleire, quien se encargó de reivindicar la figura y la obra de Poe. Pero no fue el único, también lo hicieron los simbolistas franceses como: Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé, entre otros.
En España Gustavo Adolfo Bécquer dio un giro en su narrativa tras descubrir a Poe. En Sudamérica podemos decir que llegó a Rubén Darío, Horacio Quiroga, Andrés Caicedo, y Julio Cortázar, quien se encargó de hacer la traducción de sus cuentos completos –que según muchos es la mejor traducción al castellano- . Sir Arthur Conan Doyle no hubiese concebido su Sherlock Holmes sin el personaje detectivesco Auguste Dupin; mientras que H. P. Lovecraft tomó diversos elementos de la narrativa de Poe para sus relatos. Julio Verne, Robert Louis Stevenson, Oscar Wilde también declararon más de una vez su devoción hacia el escritor.

Pero la herencia de Poe no se limita al ámbito literario sino también a otras expresiones artísticas. En música abarca desde una opera inacabada de Debussy titulada “La caída de la casa Usher”, llegando a estilos menos clásicos como el rock progresivo, con Alan Parsosns Project, en Soda Stereo, hasta el metal Progresivo de Symphony X quienes han basado varias de sus canciones en la vida y obra de Poe. El mundo televisivo tampoco ha estado exento de esta herencia que se proyecta con Jean Epstein, Vincent Price, y su más prolífico adaptador, el norteamericano Roger Corman, Tim Burton, Matt Groening, entre muchos otros.

Se cuenta que murió el 7 de octubre de 1849, entre alucinaciones de seres fantásticos que veía en la pared, narrando quizás su última y más trágica historia de terror: la de su propia vida.