miércoles, 26 de enero de 2011

Edgar A. Poet


Hijo de actores de teatro. Huérfano a temprana edad. Criado luego por una tía y sometido al rigor inflexible de un padrastro. Edgar Allan Poe (1809 – 1849), el escritor considerado padre del género detectivesco y maestro del relato breve.

Nació un 19 de enero en Boston, fue adoptado por Frances y Jhon Allan. Tuvo una vida marcada desventuras vinculadas generalmente al opio y a su rápida asimilación hacia el más ligero consumo de alcohol, y esto formaba parte de su lucha cotidiana. Pero su lucha no era contra estas costumbres, sino contra sí mismo, contra sus demonios personales. Solía decir: “Mis enemigos atribuyen la locura a la bebida y no la bebida a la locura”.

Poe quería ser un poeta, y consiguió serlo a pesar del desacuerdo de su padrastro con quien siempre discutía acerca del incierto futuro que le proponía la vida literaria. Sin embargo la necesidad lo hizo ser reconocido por sus textos narrativos, ya que los cuentos eran más comerciables que la poesía. Pero estos cuentos, ambientados en lugares lúgubres y góticos, no eran nada parecidos a lo que la gente se había acostumbrado. Poe vino a quebrantar la solemnidad de la literatura romántica con una literatura extraña, sobre todo en argumentos, con personajes extravagantes y vinculados siempre, de alguna u otra forma, a la muerte.

Fue así que la crítica se levantó en su contra, más por estar en desacuerdo con su estilo de vida que con su literatura, o porque ambas guardaban un estrecho vínculo entre sí, ya que en muchas de estas historias se puede reconocer a Poe como el personaje principal. En su cuento Berenice o en Tres Domingos por semana por ejemplo, donde los personajes se enamoran de su prima. Sabemos que Poe se casa con su prima hermana Virginia Clemm de 13 años, cuando él tenía 27.

Su legado interminable

La obra de Poe, así como su vida misma ha conseguido conmover y apasionar a miles de personas. Tanto así que a partir de su obra se han formado géneros literarios como el Policial o Detectivesco, y el de Terror. Quizá debamos este descubrimiento a otro gran poeta, como lo fue Charles Baudeleire, quien se encargó de reivindicar la figura y la obra de Poe. Pero no fue el único, también lo hicieron los simbolistas franceses como: Arthur Rimbaud, Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé, entre otros.
En España Gustavo Adolfo Bécquer dio un giro en su narrativa tras descubrir a Poe. En Sudamérica podemos decir que llegó a Rubén Darío, Horacio Quiroga, Andrés Caicedo, y Julio Cortázar, quien se encargó de hacer la traducción de sus cuentos completos –que según muchos es la mejor traducción al castellano- . Sir Arthur Conan Doyle no hubiese concebido su Sherlock Holmes sin el personaje detectivesco Auguste Dupin; mientras que H. P. Lovecraft tomó diversos elementos de la narrativa de Poe para sus relatos. Julio Verne, Robert Louis Stevenson, Oscar Wilde también declararon más de una vez su devoción hacia el escritor.

Pero la herencia de Poe no se limita al ámbito literario sino también a otras expresiones artísticas. En música abarca desde una opera inacabada de Debussy titulada “La caída de la casa Usher”, llegando a estilos menos clásicos como el rock progresivo, con Alan Parsosns Project, en Soda Stereo, hasta el metal Progresivo de Symphony X quienes han basado varias de sus canciones en la vida y obra de Poe. El mundo televisivo tampoco ha estado exento de esta herencia que se proyecta con Jean Epstein, Vincent Price, y su más prolífico adaptador, el norteamericano Roger Corman, Tim Burton, Matt Groening, entre muchos otros.

Se cuenta que murió el 7 de octubre de 1849, entre alucinaciones de seres fantásticos que veía en la pared, narrando quizás su última y más trágica historia de terror: la de su propia vida.

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